Luego del embarazo llega una etapa increíblemente feliz, pero que puede ser muy desgastante para la madre. De repente todo cambia y debes adaptarte a nuevas situaciones para las que no estás preparada. A eso hay que sumarle los cambios hormonales y los nervios por estar afrontando una situación totalmente desconocida. Incluso estando preparada y ya ser una madre experimentada, puede ser muy intenso y abrumador.
La depresión post parto es uno de los problemas de salud mental más frecuentes tras el parto y se trata de un trastorno anímico en la mujer después de haber dado a luz y está presente entre el 10% y 20% de las mujeres.
Lo primero que debes saber es que si después de tener a tu bebé estás triste, demasiado sensible o físicamente fatigada, tu apetito y sueño han cambiado y te cuesta concentrarte, es necesario que se lo cuentes a tu doctor para que decida si lo que tienes es depresión post parto, y si es así, comenzar lo antes posible con un tratamiento.
Síntomas
- Tristeza
- Irritabilidad
- Hipersensibilidad
- Vulnerabilidad
- Llanto por cualquier motivo
- Agotamiento físico
- Desánimo
- Falta de energía
- Alteraciones del sueño y del apetito
- Dificultad para concentrarse
- Pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades
- Ideas irracionales en cuanto a su incapacidad de hacerse cargo de su hijo
- Delega sus responsabilidades con gran sentimiento de culpa
La tristeza es desde luego el síntoma más frecuente. La irritabilidad puede acompañar a la tristeza. La irritabilidad puede estar dirigida hacia sus otros hijos e incluso con el recién nacido, aunque la mayoría de las veces la pareja es el foco de los episodios de irrtabilidad ya que es común que no comprenda qué es lo que está sucediendo.
Todas las madres primerizas se sienten un poco fatigadas y abrumadas, pero la madre con depresión post parto se siente tan agotada que llega a pensar que padece alguna enfermedad física. Tendrá dificultad para conciliar el sueño o despertarse muy pronto, aunque su pareja se ocupe de alimentar al bebé durante la noche.
Las madres deprimidas generalmente no tienen ganas de comer, lo cual contribuye a que se sientan malhumoradas y agotadas. Tienen la sensación de no disponer de tiempo para nada, de no hacer bien las cosas y de no poder remediarlo. A estas madres les resulta realmente difícil establecer nuevas rutinas para poder hacer frente al bebé y a la nueva situación que viven.
¿Qué se puede hacer?
- No intentes ser una súper mujer: tener un hijo es una tarea muy exigente. Reducir los compromisos y exigencias te ayudará a tener más tiempo para concentrarte en lo que estás sintiendo y está sucediendo en tu entorno. Si trabajas, asegúrate de alimentarte de forma suficiente y con regularidad.
- Aprovecha cualquier oportunidad para descansar: Aprende a tomar pequeñas siestas y a dedicar aunque sea un momento por día para concentrarte en ti misma. Enfócate en tu bienestar aunque sea unos pocos minutos.
- Apóyate en amigos que estén esperando un hijo o que recién lo hayan tenido. Entre otras cosas, te brindará la posibilidad de compartir experiencias y de solicitar ayuda cuando haga falta.
- Intenta mantener una rutina.
Cualquier duda consulta a tu médico.